La fragilidad de algo tan sólido como la familia

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Hace unos días la prensa puso de relieve un caso de abandono familiar. Tres niñas de 3, 1 año y 27 días se encontraron abandonadas en un piso de Oviedo. Los vecinos, alertados por el llanto de un bebe, llamaron a la policía. Ésta encontró a la bebe encima de la cama, aterida de frío y llorando. El agente la tapó con su chaqueta policial y quedo dormida. La de un año y medio estaba en la terraza con una lata vacía de cerveza y dándose golpes en la pared. La niña de tres años estaba sentada en el sofá con la mirada perdida.

 

Hoy han detenido a la madre que huyo al llegar al piso alertada por la presencia de la policía. La mujer es doble licenciada en Magisterio y Filología inglesa. Es hija de una familia acomodada de Oviedo. La madre, viuda, tiene varios pisos en la capital y goza de una situación estable. Creía que su hija vivía en el extranjero. Pero no era así. La hija vivía en Oviedo. Tiene un hijo de 7 años de un primer matrimonio que vive con la abuela, otro hijo con otra pareja que vive en el extranjero y los tres hijos que han sido abandonados fruto de relaciones con otros hombres. Su última pareja murió hace un tiempo de cáncer. Era una mujer desesperada.

 

La mujer M.J., de 42 años, se ganaba la vida prostituyéndose a domicilio y con trepicheos con la droga. Esta la historia de un drama vital, de una cadena de errores y malas decisiones. Una historia que hace años inició un descenso hacía la marginación y que es probable acabe en la cárcel por un delito de abandono.

 

Hoy es el día de la Familia. Noticias como ésta parecen paradójicas en un día como este pero no lo son. La familia necesita de una estructura y si esta no existe la familia queda desestructurada y apunta hacía la marginalidad.

 

La historia de M.J. no es la única. Nuestra sociedad reclama instituciones sólidas y protegidas y –probablemente- la familia es aquella institución que para ser sólida necesita de una mayor protección. No ha sido así. Ni socialmente, ni políticamente la familia ha gozado del merecido y necesario apoyo. Socialmente se menosprecio “eso” que se califica como familia tradicional: un padre, una madre e hijos. No es moderno, ni progresista. Sin embargo, cuando el apoyo falta la naturaleza se queja y el peso –que recae mayormente sobre las mujeres- resulta insoportable.

 

Ciertamente M.J. habrá cometido muchos errores y habrá tomado decisiones equivocadas pero nuestra sociedad no lanza un mensaje adecuado para que se recapacite y se reconsideré.

 

La crisis ha golpeado a la clase media con una contundencia que jamás se había visto. Nadie es inmune a una decisión equivocada, a un error o muchos, al desempleo, a la precariedad económica o a la soledad social. Pero ahora la sociedad no tiene los resortes ni las redes para ayudar a aquellos que lo necesitan.

 

Es un toque de atención el caso de M.J. Espero que le vaya bien, que rehaga su vida, que la ayudemos, que salga adelante. Desde aquí todo mi apoyo y mi consideración. Sus errores y decisiones equivocadas las comparto yo también. Pasan por nuestro lado personas a las que no “vemos” y deberíamos verlas. Hoy, día de la familia todos nos sentimos tristes por M.J. y le deseamos suerte, valor y fe en sí misma y en su familia.

 

M.J. espero que te recuperes.

http://politica.elpais.com/politica/2014/12/27/actualidad/1419705263_011878.html

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